martes, 17 de marzo de 2015

Cervantes

Diálogo entre Babieca y Rocinante

B. ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R. Porque nunca se come, y se trabaja.
B. Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?
R. No me deja mi amo ni un bocado.

B. Andá, señor, que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R. Asno se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miraldo enamorado.

B. ¿Es necedad amar? R. No es gran prudencia.
B. Metafísico estáis. R. Es que no como.
B. Quejaos del escudero. R. No es bastante.

¿Cómo me he de quejar en mi dolencia,
si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinante?

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Han hallado hoy a Cervantes, 
allí donde dicen que encontró su última morada.
En convento de Trinitarias, con ya placa colocada.
Dicen que es él, más no aseguran,
que delicados y pocos son los restos.
Evidencias de dientes, de plomo,
en inutilizada mano izquierda,
indican que de Saavedra huesos son.
¿Y para qué huesos queremos?
¿Acaso sus libros no leemos?

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Disculpar la poesía, no tan ingeniosa como yo pretendía.

2 comentarios:

  1. pues a mí sí que me ha parecido ingeniosa, y muy acertada!
    Bueno, como te leo a salto de mata, te comento también que, después de leer tu post, me he enganchado al Ministerio del Tiempo, ;DD. Otra cosa buena que me descubres!
    besos

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    1. Me alegro de que te gusten tanto la serie como la poesia...
      Besos

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